Mijaíl Vladímirovich Rodzianko (1859-1924) fue un destacado estadista ruso durante los últimos años del reinado del zar Nicolás II. Como presidente de la Duma, o parlamento ruso, y asesor de confianza del soberano, fue una de las figuras políticas clave durante la revolución de 1917 y la caída de los Romanov. Durante los años anteriores, Grigori Rasputín, el místico y autoproclamado «hombre santo», había aprovechado su posición privilegiada en la corte imperial para ejercer una influencia indebida, a través de la emperatriz Alejandra, en los nombramientos y destituciones del gobierno, lo que le granjeó numerosos enemigos y perjudicó la posición de la dinastía a medida que continuaban las derrotas militares en la guerra en Europa y empeoraba la situación en el país. El “reinado” de Rasputín terminó con su asesinato en 1917, y él había profetizado correctamente que si algo le sucedía, el imperio pronto perecería. Las memorias de Rodzianko, publicadas por primera vez en 1927, constituyen un relato invaluable de las etapas finales de la era Romanov.